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Sabadell grita "#NoEsNo"

  • David Palacio Herrera
  • 27 abr 2018
  • 3 Min. de lectura

Desde el 6 de julio de 2016 hasta el 26 de abril de 2018 han pasado 659 días. Es imposible realizar una crónica tan extensa, más que un relato sería una competición por ver qué se desgastaría antes: si las teclas, o los dedos que la golpean. No obstante, el jueves en el que se supo la sentencia es, con toda probabilidad, el día que el feminismo más ha alzado su voz para hacer saber que las mujeres no están solas, que #NoEsNo, y que, quizá, este caso sirva para que todas ellas puedan caminar tranquilamente por la calle sin miedo de ser agredidas, acosadas o violadas.



Alrededor del mediodía aparecía la sentencia del caso de la Manada, y las reacciones no se hicieron esperar. A través de las redes sociales, y a medida que se hacía público lo declarado en la resolución, se hicieron varios llamamientos para poblar las calles en contra de lo que se considera, a pie de calle, una resolución "injusta", según mencionaban varias y varios de los manifestantes.


Poco más tarde de las 13:00 las movilizaciones por redes sociales eran una realidad; nada más aparecer los primeros llamamientos ya habían asistentes que afirmaban alzar su voz e ir. La manifestación principal en Cataluña fue en Barcelona, en la Plaça Sant Jaume, pero otras ciudades importantes del territorio también vieron llenas sus calles para mostrar el rechazo al acto y a la nimia sentencia, de nueve años de cárcel y la negativa que fue violación, sino un abuso sexual.


A Sabadell, la concentración estaba prevista para las 19:00 horas, según se informaba en el cartel emitido por el Moviment Popular de Sabadell; sin embargo, tal es la gravedad del caso y la indignación de la gente, que poco más tarde de las 18:15 se agrupaban las primeras personas (chicas, en su mayoría), con cacerolas, globos, silbatos y con prendas con algún detalle morado. A medida que pasaba el tiempo más gente agolpaba la Plaça Sant Roc y menos la abandonaban. Algún curioso no sabía del llamamiento y se quedó a dar su apoyo, como Antonia B. o Vicente H., vecinos de la ciudad que fueron a dar un paseo y se encontraron con la manifestación.


La emoción era palpable. Los gritos se sentían calles más allá y encogía el corazón saber que un día de cada día, por la tarde y casi sin previsión, podía organizarse un evento tan reivindicativo, solidario hacia la víctima, y con un espíritu hacia una sociedad más equitativa. El "no es no", "hermana yo sí te creo", "la nit és nostra, cap agressió sense resposta" o el "no es un abuso, es una violación" fueron las frases más repetidas por los asistentes. Las conversaciones eran intensas y se veía en la gente ganas de alzar la voz, de hacerse sonar y de que Sabadell fuera uno de los epicentros de las manifestaciones en contra de la sentencia.


Y aunque la gente de a pie fue la primera a llenar las calles vallesanas, también se personificaron políticos como Matíes Serracant, alcalde, la asociación Vallés Feminista, y periodistas de diversos medios tanto locales como comarcales (TV3, Radio Sabadell, El Punt Avui...). La asociación Moviment Popular de Sabadell ha leído un manifiesto en el que afirma que la sentencia es "repulsiva" y que por encima de todo "las mujeres somos personas, no vuestro objeto sexual". Para finalizar, la asociación Arran ha afirmado que el juez navarro que ha dictaminado sentencia, Ricardo González, "es cómplice del terrorismo machista que hay en nuestra sociedad, de estructura fascista".


El mandamás del ayuntamiento vallesano encabezó la protesta con tinte política, ya que en aquellos momentos se celebrara un pleno en el ayuntamiento. En él, se vieron varios los carteles de "OnSónLesDones" y "OnÉsLaJusticia", para dar más visibilidad a la injusticia de la sentencia. Sin embargo, ninguno de los representantes quiso hacer declaraciones 'in situ', y guardaron sus palabras para las redes sociales, en especial Twitter.


Caía la noche, cerraban los comercios de alrededor y las calles adyacentes y las bocas del recién estrenado ferrocarril de Plaça Major se llenaban de gente. Momento álgido de la manifestación. Rozando el millar de personas, Sabadell gritaba por la igualdad y la justicia, en un día que sin duda quedará como símbolo del poder feminista y reivindicativo, para, como afirmaban los asistentes, "cambiar aquellas leyes que son injustas y que permiten las desigualdades en la sociedad".




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